Padres disgustados por los arreglos para dormir en un campamento de ciencias en el condado de San Bernardino - Abogado de demanda colectiva

Un grupo de padres de alumnas de quinto curso de la escuela primaria Weaver de Los Alamitos están molestos con el distrito escolar tras enterarse de los arreglos para dormir durante un viaje a un campamento de ciencias organizado por la escuela. Según los padres, sus hijas les contaron que algunos de los monitores biológicamente masculinos del campamento que utilizan los pronombres ellos/ellas durmieron en las mismas cabañas que las niñas durante tres noches.

Según los padres, no están acusando a nadie de cometer un delito, sino que están molestos porque el distrito escolar no les informó de la política del campamento, que sitúa al personal del campamento en las cabañas según el sexo con el que se identifican. Al parecer, los padres quieren que se informe a los demás de la política del campamento antes de estos viajes para que las familias puedan tomar sus propias decisiones, en lugar de verse sorprendidas como les ocurrió a ellos.

Los padres, por supuesto, tienen razón. Deberían haber sido informados de la política para poder tomar su propia decisión; algunos padres afirman que habrían dejado a sus hijos en casa si hubieran tenido conocimiento de la política.

El subdirector del campamento declaró que siguen la ley de California y colocan al personal en las cabañas con las que se identifican. De hecho, el campamento emitió un comunicado en el que afirmaba que el campamento es un empleador que ofrece igualdad de oportunidades y que se enorgullece de tener valores fundamentales que incluyen la diversidad y la inclusión, que también se aplican a los estudiantes que visitan el campamento. Un portavoz del campamento también se refirió a las acusaciones de los padres y afirmó que no había ningún consejero biológicamente masculino en las cabañas compartidas con las alumnas. Además, subrayó que algunos de sus consejeros pueden haber utilizado los pronombres ellos/ellas, pero que estos pronombres son utilizados tanto por hombres como por mujeres biológicos.

¿Cuál es el problema? El principal problema es que la escuela no informó a los padres de la política del campamento. No hay nada malo en la política del campamento, como tampoco lo hay en que los padres quieran proteger a sus hijos.

Afortunadamente, ningún niño resultó herido en esta situación concreta.

En el peor de los casos, las preadolescentes podrían haber sufrido algún tipo de agresión sexual a manos de los monitores del campamento, independientemente de que fueran hombres o mujeres. Esto podría haber provocado daños físicos, mentales y emocionales a las estudiantes que, sin duda, podrían tener consecuencias duraderas.

En caso de agresión sexual, no cabe duda de que el campamento podría ser responsable: por contratación negligente, supervisión negligente, etc. Sin embargo, la escuela que organizó el viaje también podría ser responsable. Los distritos escolares tienen el deber de mantener a sus alumnos a salvo tanto dentro como fuera del campus (así que sí, tienen el deber de mantener a salvo a los alumnos durante los campamentos para dormir fuera de casa organizados por la escuela). Las escuelas nunca deben exponer a los alumnos a situaciones potencialmente arriesgadas.

Consideremos otras situaciones en las que las escuelas tienen que notificar a los padres y obtener su consentimiento por escrito antes de una determinada actividad. Esta es la norma para determinadas películas o incluso para determinados temas. Básicamente, los padres tienen la opción de permitir que sus hijos participen o de no participar (los niños son enviados a otro lugar durante la actividad). Esto permite a los padres controlar a qué están expuestos sus hijos.

Por supuesto, los padres tenían que dar su consentimiento para que sus hijos fueran al campamento científico; sin embargo, como la escuela no era transparente con los padres, éstos no sabían realmente a qué estaban dando su consentimiento (como ya se ha mencionado, algunos padres afirmaron que no habrían enviado a sus hijos si hubieran sido conscientes de los arreglos para dormir).

En esta situación concreta, la culpa es del distrito escolar, y los padres podrían tener motivos para emprender acciones legales si algún alumno resulta realmente perjudicado.